Este fin de semana ha sido muy atípico en Moscú, ya que muchos rusos siguen protestando por lo que ellos consideran un fraude en las pasadas elecciones y por lo tanto piden unas elecciones limpias y que el resultado sea el que los rusos quieran. Ahora todas las miradas apuntan hacia Putin, unas protestas que comienzan a ser muy importantes por la gran cantidad de personas que están saliendo a la calles rusas para protestar por un fraude a todas luces, aunque no tienen nada para demostrarlo.
Las protestas están siendo muy numerosas y lógicamente desde el gobierno se teme que estas protestas sigan adelante en los próximos días, tanto en Moscú como en otras zonas de Rusia donde están saliendo a las calles para protestar, todo a pesar del intenso frío del invierno. Veremos si en los próximos días los rusos se olvidan del asunto o quieren seguir hasta las últimas consecuencias para que las elecciones sean justas y limpias.
El fraude es una de las palabras más usadas entre los rusos, ya que piensan que las elecciones no fueron del todo limpias y por lo tanto no vale el resultado. Todas las protestas no autorizadas se saldaron con detenidos, algo que nunca suele faltar en las protestas cuando se incomoda a los gobiernos, en este caso al gobierno ruso. Lo peor de todo es que los ciudadanos no van a saber a ciencia cierta si hubo o no fraude en las pasadas elecciones, aunque el resultado fue cuanto menos sospechoso.